La constante de la historia es preguntarse: «¿Quién soy?»

El ser humano siempre ha tenido las mismas inquietudes. ¿Cuál es la constante de la historia de la historia desde el principio hasta nuestros tiempos? Que el hombre se pregunte: “¿Quién soy?, ¿de dónde vengo y adónde voy? El mundo contemporáneo cambio el sentido dado antes y dijo que lo importante ahora era la técnica, entonces el mundo occidental cayó en un tremendo materialismo.

El dolor es algo con lo que siempre vamos a vivir; si no lo mostramos a los niños, los estamos llevando a vivir en un  mundo irreal. Se ha de ir por un plano inclinado.

En 1970 se dedicaron 194,000 millones de dólares a armamento y sólo 13,700 para ayudar al desarrollo. El gasto militar mundial en 1917 fue el más alto desde la Guerra Fría (tras finalizar la 2ª Guerra Mundial): 610,000 millones de dólares sólo en Estados Unidos. Si aumentamos lo que gastaron China y Arabia Saudita el monto equivaldría a 230 dólares por habitante.  Algo falla pues lo realmente importante es ayudar al ser humano a desarrollarse biológica, cultural y espiritualmente.

La vida se compara con los riesgos de una carretera. El sentido de la ley moral es el de las señales de tránsito, si no las obedecemos hay más riesgos de todo tipo. El ser humano piensa, elige, ejerce su libertad, se compromete con quien se va a casar. No se aparea como los animales. El hombre, con la categoría de un ser humano, se casa. Y así es más feliz pues actúa de acuerdo con su dignidad humana. Pero si alguien les hace caso a los libros de texto gratuito pensará de modo reduccionista, ya que esos textos comparan el hombre con el animal, con el bruto que no piensa, y no pasará a más. Así nuestros niños se quedan en un nivel no ya natural, sino animal.

El amor es el principal argumento de la vida. ¡Qué fácil es equivocarse! En una relación conyugal antes o después habrá una crisis. El mejor amor se echa a perder si no se le cuida. No se debe juguetear con la vida afectiva. ¡Qué fácil es enamorarse, y qué difícil es mantenerse enamorado!

Uno de los ingredientes de la desunión familiar es que ya no comen juntos al menos una vez al día o los fines de semana. A un joven le preguntaron:

«¿Qué piensas de tus padres?»

Contestó:

«Mis padres me dan la seguridad de que haga lo que haga, o esté donde esté, siempre puedo volver».

Una tarea fundamental de la familia es brindar a sus miembros un marco de seguridad y estabilidad, aunque sólo cuenten con uno de sus padres.
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Rebeca Reynaud

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