¡En septiembre entroniza la Biblia en tu hogar!

Entronizar es hablar de las cualidades de alguien, y también significa poner en el trono o darle la autoridad real a una persona. Así, entronizar la Biblia es darle un lugar preferencial, colocándola sobre una mesa, un atril o la estantería de un mueble.

Todos los años, en el mes de septiembre, la Iglesia celebra el mes de la Biblia porque el 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, traductor y estudioso de la Biblia.

Así que, ¿por qué no entronizar la Biblia en nuestro hogar en este mes de septiembre? Basta con encontrarle ese buen lugar, poner flores y/o un cirio, besarla, persignarse y pedir la ayuda del Espíritu Santo para que nos ayude a comprender la Sagrada Escritura.

Incluso, si se quiere ir más lejos, se puede buscar un “Ritual de entronización de la Biblia”, una acción con la que reconocemos la presencia misma de Dios en su Palabra.

Y es que es indudable que los cristianos -y todas las personas debuena voluntad-  necesitamos la Palabra de Dios, como nos señala la Constitución dogmática Dei Verbum sobre la divina Revelación, del Papa Pablo VI: “No hay prioridad más grande que ésta: abrir de nuevo al hombre de hoy al acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida abundante (cfr. Juan 10,10).

Al poner la Sagrada Biblia en un lugar preferente en la casa, se quiere expresar que la Palabra de Dios está en el centro de nuestra casa, está en el centro de nuestra vida. Pero luego hay que leerla y escucharla cada día para hacerla nuestra, para que no sea un adorno sino que sea luz. Puede ser oportuno que la Biblia esté abierta en el Evangelio del día, y que la familia se reúna en torno a ella para hacer una lectura meditada o un ratito de oración.

Y, como dice Dei Verbum, es necesario “redescubrir cada vez más la urgencia y la belleza de anunciar la Palabra para que llegue el Reino de Dios Predicado por Cristo mismo”.

La Biblia es una Carta de Dios

San Juan Crisóstomo considera al conjunto de libros bíblicos como una inmensa correspondencia dirigida por Dios a la humanidad, como una carta para ti.

Debido a esto, la Biblia no puede ser considerada como un escrito muerto donde estarían consignados la historia del pueblo elegido y los mandamientos promulgados por Dios. Por el contrario, la Biblia es el documento vivo donde se expresa el cambio de pensamientos entre Dios y la humanidad, la carta donde vibra la filantropía divina que quiere conservar, a todo precio, el contacto con la humanidad rebelde, el medio por el cual Dios quiere permanecer ligado al ser humano.

Si la ignorancia de la Sagrada Escritura engendra todos los males, luego entonces, su conocimiento introducirá todos los bienes.
…………………………..
@NuevaVisionInfo
redaccion@diarionuevavision.com
Rebeca Reynaud

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *