Empecemos a meditar nuestro voto 2018

Este viernes 8 de septiembre de 2017 inició en México el Proceso Electoral Federal 2017-2018 que habrá de concluir con la elección presidencial el 1 de julio de 2018, y con ello, se abre una etapa de reflexión donde los mexicanos habremos de decidir el sentido de nuestro voto.

No se trata de un proceso electoral más, sino del “más grande de la historia democrática de México”, como lo califica el propio Instituto Nacional Electoral (INE); pero también por la coyuntura crítica que padece el país, a decir de importantes segmentos de la sociedad mexicana.

La persistencia del crimen organizado que extiende sus tentáculos, la delincuencia común que brota en diversos puntos del país, el pisoteo de los derechos humanos, innumerables casos de corrupción de autoridades que a la vez son omisas en el cumplimiento de su deber, el débil Estado de Derecho, la impunidad, así como la pobreza lacerante que con todo y cifras del Coneval aún afecta a la mitad de los mexicanos, el disparo de la deuda pública en el actual sexenio y el repunte de la inflación que poco a poco está carcomiendo los ingresos de un mayor número de mexicanos… Esto, y más, hace obligatorio el que los mexicanos meditemos sobre qué perfil de políticos queremos para que que la estabilidad social, económica y política retorne a nuestro país y se refleje en gobiernos honestos y eficientes.

En este contexto, resulta alentador observar una sociedad civil organizada que de manera decidida está asumiento su responsabilidad en la edificación de ese México que nos merecemos, ante una clase política que no ha comprendido el significado de esta emergencia ciudadana y pretende seguir gobernando de espalda a las demandas de la sociedad.

La clase política no ha comprendido que a los mexicanos no nos interesan sus agendas ideológicas que nos tratan de imponer, y que no se reflejan en un progreso económico de todos. Lo que los mexicanos queremos es un país en donde impere el Estado de Derecho, la Justicia, la Paz y el bienestar económico.

Con sus agendas ideológicas, a la clase política mexicana le ha salido más barato dar “atole con el dedo” a los gobernados, porque saben que una verdadera política que busque el Bien común de la sociedad requiere de una inversión transparente de los recursos públicos… Y eso no le conviene.

Es momento ya de que los mexicanos nos nos dejemos engañar por el oropel y las “cuentas de vidrio” que nos ofrecerán los aspirantes a los diferentes cargos de elección popular, sino que estemos atentos y participativos para insistir en que nos aclaren “cómo” piensan traer el progreso para todos, cómo van a atraer la inversión productiva, cómo promoverán la generación de empleos, cómo van a traer la paz, la justicia y el Estado de Derecho…

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