La emigración religiosa amenaza “vaciar” la Iglesia en África

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Abiyán, Costa de Marfil (Agencia Fides).– «Ir a Europa, vivir en Europa, abandonar África se ha convertido en una ideología muy peligrosa que destruye el espíritu, desde los más frágiles hasta los más fuertes, como los religiosos», dijo a la Agencia Fides el padre Donald Zagore, sacerdote de la Sociedad Misiones Africanas.

«Es triste, pero es importante reconocer que el fenómeno de la inmigración en Europa toca no sólo a nuestras sociedades civiles en África, sino también a muchas de nuestras diócesis y comunidades religiosas. Hay muchos sacerdotes y religiosos que dejan el Continente Africano para servir a los países europeos y americanos. La migración de África a Europa, en su forma religiosa, es un fenómeno cada vez más importante en nuestro Continente», continúa el misionero.

«A comienzos del 2017, monseñor Marcelin Yao Kouadio, obispo de la diócesis de Daloa, durante uno de sus sermones citó los casos de dos diócesis africanas particularmente afectadas. En mayo de 2018, también monseñor Ignace Bessi Dogbo, presidente de la Conferencia Episcopal de Costa de Marfil, durante la inauguración de la asamblea plenaria de los obispos de Costa de Marfil, denunció el fenómeno de los ‘sacerdotes errantes’: Sacerdotes que se niegan a volver a África después de los estudios o después de una misión en Europa. En una entrevista concedida a Lacroix, el pasado 7 de agosto, monseñor Dominique Lebrun, arzobispo de Ruán, ex presidente del grupo de trabajo sobre ‘Pretres venus d’Ailleurs’, también reconoció este fenómeno».

«Los razones recurrentes siguen siendo la búsqueda de bienes materiales y de prestigio», afirma el padre Donald Zagore.

«Esto representa un peligro enorme para la Iglesia católica en África, que poco a poco se vacía debido a la falta de sacerdotes y a la proliferación de vocaciones no sinceras”, enfatiza el misionero.

«En nuestras diócesis, en nuestras comunidades, se requieren acciones concretas para frenar la emigración de personal eclesiástico. En primer lugar, necesitamos una conciencia colectiva del peligro que esto supone. En segundo lugar, las autoridades de la Iglesia necesitan considerar cuidadosamente las motivaciones que conducen a elegir la vida sacerdotal o religiosa y considerar también los nombramientos. En definitiva, hay que decirlo fuerte y claro, citando al obispo Marcelin Kouadio: ‘El sacerdocio y la vida religiosa no deben ser un trampolín para el escape de África porque es pobre’», concluyó el padre Zagore.

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