De los ocho espíritus malvados / La pereza

Arribamos al siguiente espíritu malvado, la pereza, del escrito Antirretikós redactado en el siglo IV d.C. por Evagrio Póntico. La raíz latina de este vocablo se encuentra en la palabra pigritia que significa desgana, negligencia, tedio o descuido de las responsabilidades a las que estamos obligados a cumplir. Acaso denota flojedad y descuido, o tardanza en los movimientos o acciones.

Pensando en la pereza se me ocurrió, por pura curiosidad, investigar porqué los zoólogos califican de perezoso a cierto animal vertebrado superior que todos conocemos. Es de la familia de los úrsidos y su nombre en latín es Melursus ursinus.

Abrí la página de Google y escribí la frase “oso perezoso”. Lo primero que saltó a mi vista en la red fueron siete excelentes imágenes de Melursus. En cada una de ellas el oso estaba auténticamente “colgado” de la rama de un árbol, cual si fuera una hamaca. En las imágenes se presentaban siete especímenes distintos. Pensé que deberían existir más de siete perezosos distribuidos por toda la América tropical y, con esto de la migración de especies, probablemente en cada uno de los cinco continentes.

Me sorprendió la definición de “oso perezoso”: Mamífero desdentado, propio de la América tropical, que tiene unos 60 cm de longitud y 25 de altura, de cabeza pequeña, ojos oscuros, pelaje pardo, áspero y largo. De andar muy lento, trepa con dificultad a los árboles, de cuyas hojas se alimenta.

Enseguida se me ocurrió la pregunta: ¿y podrá, el oso perezoso, sacudirse la pereza? Lo cual significa algo así como ¿podrá vencer su pereza?, ¿podrá emprender o continuar con buen ánimo alguna tarea o diligencia?. Y la contestación fue la siguiente: ¿qué no te das cuenta que así me clasificaron los zoólogos? Así soy yo. Así nací”.

En cierto sentido los seres humanos somos parecidos al oso perezoso. Pero existe una notable diferencia: mientras que en este animal la pereza es dada por su naturaleza, la cual no admite calificativo ético como si fuera buena o mala, en los humanos la pereza es una debilidad vencible que podemos sacudirnos o no, y vencerla o no según dice el conocido refrán: “Contra pereza diligencia”.

En este sentido el aforismo “La pereza es la debilidad del alma que irrumpe cuando no se vive según la naturaleza ni se enfrenta noblemente la tentación” nos invita a considerar cómo enfrentamos y solucionamos las muy diferentes y variadas situaciones que vivimos cada día. Problemas y retos están a la mano. Se encuentran por todos lados. Pero ¿los enfrentamos noblemente? o ¿nos dejamos vencer por los obstáculos? A mi modo de ver la pereza no consiste solamente en no hacer nada; también es perezoso quién trabaja mucho sin acabar bien lo que debe hacer cada día, aunque emprenda muchas cosas durante la jornada.

La pereza demanda un tratamiento multifacético porque es un espíritu maligno complicado. Sugiero, por lo pronto, dos ideas para vencer la flojera: avanzar en alguna tarea cada día, y jerarquizar cuáles ocupaciones son más importantes que otras.
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Rubén Elizondo Sánchez

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