AMLO manda dos mensajes; uno, “por si me tuviese que ir”

En el festejo de su triunfo electoral, el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió dos mensajes: el pronunciado en el Zócalo de la Ciudad de México y el otro, en la entrevista al diario La Jornada.

En el del festejo, donde habló 90 minutos, hizo un recuento de sus logros, para lo cual utilizó prácticamente la misma estructura del discurso pronunciado el 1 de diciembre, un repaso a su lista de pendientes, la cual le arrojó un cumplimiento de 78 de 100 compromisos asumidos aquel día.

Dio continuidad a su discurso de toma de posesión y a lo planteado en el Plan Nacional de Desarrollo.

Ratificó que no se ha movido, ni se moverá, de su proyecto ideológico, de su objetivo principal y seguirá fiel a lo hasta ahora iniciado.

Fiel a su estilo volvió a jugar con las expectativas, con el cambio, con la transformación.

Reiteró su prisa por cambiar al régimen de aquí a diciembre: “arrancar de raíz al régimen corrupto y quedarán construidas las bases para la transformación política de México”.

Lo mismo dijo el 1 de diciembre en su toma de posesión.

El pensamiento de los liberales del siglo XIX, Benito Juárez y Melchor Ocampo fue reiterado como su inspiración.

Ubicó nuevamente al neoliberalismo como el gran causante de los males del país; arremetió contra los conservadores y advirtió que este proceso no tiene retorno, ni un paso atrás, nada de titubeos o medias tintas.

Definió al anterior gobierno, como un “comité al servicio de un pequeño grupo de corruptos y traficantes de influencias”.

Presumió – con abundantes cifras – su estrategia clientelar, la de entregar miles de millones de pesos directamente a beneficiarios de sus programas sociales, desde niños con discapacidad hasta adultos mayores; jornaleros, campesinos, etcétera.

Su estrategia de “Bienestar” es una estructura articulada solo con ese objetivo y dependiente directamente de él, la cual incluye desde una secretaría; los súperdelegados y hasta un banco recién aprobado por el la Cámara de Diputados.

El Presidente describió sólo tres pendientes:

“Falta mejorar el sistema de salud, debe crecer más la economía y todavía se mantienen los mismos niveles de violencia heredados del antiguo régimen, pero pronto, muy pronto obtendremos más y mejores resultados”.

Habló de trabajar de prisa y profundidad, “porque si regresara al poder el conservadurismo faccioso y corrupto -tocó madera-, si desgraciadamente regresara el conservadurismo, ni siquiera en esa circunstancia podrían nuestros adversarios dar marcha atrás en lo establecido y ya logrado en beneficio del pueblo”.

Lanzó una advertencia: “Una cosa es actuar con prudencia, evitar confrontación y garantizar libertades sagradas y otra muy distinta es la indefinicion, nosotros somos auténticos, pacifistas y transformadores al mismo tiempo”.

Y citó a Melchor Ocampo: “el moderado es simplemente un conservador más despierto».

Algunos puntos de la extensa entrevista publicada por La Jornada pueden ayudar a clarificar algunos de sus planteamientos en el Zócalo.

El pretérito de subjuntivo, o la advertencia

La entrevista fue realizada por un grupo de experimentados periodistas y analistas de ese diario, al que definió como “el más cercano a la gente, sobre todo a los pobres”.

López Obrador reiteró en la entrevista su admiración por los hermanos Flores Magón, Lázaro Cárdenas y que el general revolucionario al que más admira es a Francisco J. Mújica, que decía: ‘Hechos, no palabras’.

Mújica fue al mismo que citó Mario Delgado coordinador de los diputados de Morena el día que, junto con sus aliados, aprobaron la reforma educativa.

López Obrador respondió a las presiones del EZLN y aliados, sobre la presunta militarización en Chiapas, dijo que mienten

“Está muy ideologizado el tema. Lo cierto es que ellos, los zapatistas, a los que respeto, no creen o no creyeron que se podía llevar a cabo la transformación por la vía pacífica y electoral; y no creyeron, y siguen sin aceptar, que no somos iguales y que tenemos convicciones y que venimos de la lucha opositora”.

La entrevista, realizada hace unos días por Roberto González Amador, Luis Hernández Navarro, Pedro Miguel, Alonso Urrutia y Miguel Ángel Velázquez, pero publicada este 1 de julio, cierra con una frase desconcertante para los mismos entrevistadores.

“Tengo prisa porque este año quiero dejar sentadas las bases de la transformación cero corrupción cero impunidad rescate de campo, bienestar, seguridad. De modo que si pasara algo, que yo me tuviese que ir el año próximo, a los conservadores les costaría muchísimo trabajo, les sería misión imposible dar marcha atrás a lo que vamos a dejar establecido desde este año”.

LJ: ¿ Por qué dice “si me tuviera que ir…?”

AMLO: “Es que no sabemos qué nos depara el destino y esto es una transformación. Y por eso mi prisa en avanzar.

Evidentemente, en el discurso del Zócalo no explicó el porqué de su prisa y profundidad.
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Mochila Política 83
Año 3, Julio 1, 2019

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