¿Quién es Felipe VI?

Tras la renuncia del rey Juan Carlos I al Trono de España, acontecimiento que tuvo lugar en los primeros días de junio de 2014, a las pocas semanas fue su hijo quien le sucedió con el nombre de Felipe VI, un hombre de mediana edad (nació en 1968) que realmente había permanecido inédito, puesto que era muy poco lo que se sabía de sus tendencias ideológicas.

Si uno busca información dentro del árbol genealógico, los resultados no pueden ser más deprimentes debido a que forma parte de la dinastía de los Borbones que, si por algo se ha distinguido, es por la serie de gobernantes torpes, desleales y antiespañoles que han ceñido la corona real.

Por otra parte, el rey emérito Juan Carlos I ha tenido una conducta que ha dejado mucho que desear.

Aparte de sus continuas infidelidades conyugales, que colmaron de tal modo la paciencia de la reina Sofía, quien acabó mandándolo al diablo, Juan Carlos I se distinguió por su doblez, especialmente durante el caso del 23-F, que es como en España se conoce a la intentona golpista que tuvo lugar en febrero de 1981.

El tiempo ha transcurrido, poniendo a cada quien en su lugar, y hoy posible saber que, en aquel momento, Juan Carlos -con tal de deshacerse de Adolfo Suárez- animó a varios altos jefes del Ejército para que diesen un golpe de Estado formando un gobierno de coalición.

Viendo que en dicho gobierno se encontrarían socialistas y comunistas, Antonio Tejero Molina, teniente coronel de la Guardia Civil, se alarmó y fue quien frustró la intentona.

Al ver cómo fracasaba su plan, Juan Carlos se pone el uniforme de capitán general y, ante las cámaras de televisión, desconoce a los golpistas, y con traición les paga a quienes lealmente le habían obedecido.

Ése es Juan Carlos I, un sujeto amoral y traicionero.

Ante tales antecedentes familiares, es lógico que exista la interrogante acerca de las tendencias del actual monarca español.

Sin embargo, con motivo de la crisis de Cataluña, el rey de España se presentó ante las cámaras, condenó a los golpistas y defendió la unidad de la nación española como nunca antes ningún monarca lo había hecho.

Desde luego que, en estos tiempos de confusión y de traiciones, la actitud de Felipe VI no deja de ser esperanzadora… ¿Acaso es diferente a sus antepasados Borbones?

Algo nos dice un detalle que muchos pasan por alto, pero que puede explicar muchas cosas: En su oficina, colgado de la pared que se encuentra detrás del escritorio que ocupa el rey, se encuentra el retrato de su antepasado Carlos III.

Felipe VI bien pudo haber puesto a sus también antepasados San Fernando, Isabel la Católica, Carlos I o Felipe II. No lo hizo puesto que eso lo hubiera presentado como un monarca católico y conservador.

Prefirió, en cambio, a Carlos III. ¿Cuál es la explicación?

Pudiera ser porque dicho monarca -que fue quien expulsó a los jesuitas- fue un personaje que hizo importantes reformas con las que se acrecentó el poder de la monarquía.

Carlos III -aparte de haber modernizado Madrid- concentró un gran poder en sus manos, acabó con muchos fueros de los antiguos reinos españoles y se presentó como el ejemplo clásico del despotismo ilustrado.

¿Desea Felipe VI seguir dicho ejemplo, convirtiéndose también en un monarca absoluto?

No hay que olvidar que la Constitución está redactada de tal modo que, de hecho, la Nación Española, más que una monarquía, es una república coronada en la cual el Rey es tan sólo un adorno.

Sin embargo, ante el peligro de perder el trono porque llegase a proclamarse la III República (lo ocurrido en Cataluña fue un ensayo), pudiera ser que Felipe VI haya sentido miedo.

Y es que a ningún monarca le hace gracia vivir en el exilio como le pasó a su bisabuelo Alfonso XIII.

De dicho temor participa también su esposa, la reina doña Letizia, quien, a pesar de no ser católica y mostrarse siempre como liberal, tampoco le gustaría correr la misma suerte que corrió María Antonieta durante la Revolución Francesa.

La Constitución convierte al rey de España en un simple adorno.

Sin embargo, no hay que olvidar que el Rey, por ostentar el grado de Capitán General, es el jefe supremo del Ejército y, ante una situación desesperada, todo, absolutamente todo, pudiera ocurrir…

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